Los primeros indicios de su existencia se remontan al reinado de Alfonso VI (1072-1108). Fue marquesado de D. Rodrigo Calderón, válido de Felipe III.Se conservan ruinas de una fortaleza militar. La Iglesia parroquial de San Pelayo (finales del s.XVII) posee cinco magníficos retablos barrocos. En la sacristía se encuentra una preciosa cajonería labrada en nogal. También encontramos en este municipio la ermita del Cristo del Humilladero.
Situado a 53 kilómetros de Valladolid, dicen que hubo siete iglesias, de ahí su nombre.
Localizado en plena llanura de las tierras vallisoletanas, se encuentra enclavado en una de las pequeñas lomas de poca envergadura que existen en la zona.
Su "apellido", viene por el río Trabancos.
Hoy en día sólo existe una iglesia, la de San Pelayo, del siglo XVII realizada en estilo barroco, de ladrillo que se cubre con bóveda de cañón. En su interior destacan cinco retablos barrocos, sobresaliendo el del altar mayor, dorado y decorado con racimos de uvas. Puede ser visitada contactando con el Ayuntamiento.
Otros edificios de interés son la Ermita del Cristo del Humilladero, situada a las afueras, y dos casas señoriales del siglo XVIII en la Plaza del Arrabal Grande.
Siete Iglesias ofrece la posibilidad de efectuar largas caminatas por su paisaje tan sumamente castellano. Este paseo podemos comenzarlo desde las piscinas, en la parte baja del pueblo, donde se sitúa un merendero, hasta la conocida Fuente de la Mora, donde según cuenta la leyenda, una mora salía a peinarse cuando el sol se ponía.
La ubicación del pueblo dentro del itinerario hacia Portugal, permitió que fuera un lugar de descanso y se instalaran hostales y un restaurante.
Las fiestas más esperadas son en honor a San Sebastián el 20 y el 21 de enero, con dedicación expresa al santo y a los casados con un tradicional baile.
También festejan San Pelayo del 25 al 29 de junio, con verbenas y populosos encierros.
Gastronómicamente, ofrece el riquísimo "arrope", peculiar dulce de sandía con mosto cocido y tierra de arrope.